Lo que prometía ser una apacible jornada de excursión en las aguas de la costa portuguesa se transformó abruptamente en una operación de rescate de emergencia. Los turistas a bordo de una embarcación de recreo tuvieron que ser evacuados a tiempo justo antes de que su yate se hundiera, poniendo fin de manera inesperada a un soleado día de paseo marítimo cerca de Lisboa. El incidente, que no dejó heridos, subraya una creciente y preocupante interacción entre la vida marina y las embarcaciones en la región.

El hundimiento del barco fue el resultado de una causa tan inusual como contundente: los fuertes y repetidos golpes de un grupo de orcas. En el suceso, ocurrido en las cercanías de la playa de Fonte da Telha, los cetáceos provocaron daños severos en el casco del navío, ocasionando una vía de agua imposible de controlar que lo llevó a pique. Durante el mismo evento, un segundo velero también fue inmovilizado por los animales marinos y tuvo que ser asistido y remolcado hasta el puerto más cercano.
Este episodio no es un hecho aislado, sino que se suma a una serie de incidentes similares registrados en la costa ibérica desde el año 2020. Los expertos y autoridades marítimas han observado un nuevo y recurrente comportamiento en las orcas de la zona, que actúan en manada y dirigen su atención hacia las embarcaciones, llegando a romper partes críticas como el casco o el timón. Este fenómeno se ha convertido en una noticia recurrente y en un serio motivo de alerta para los navegantes que transitan por estas aguas.






