La obesidad se ha consolidado este año como la forma más predominante de malnutrición entre niños en edad escolar y adolescentes en todo el mundo, superando por primera vez al bajo peso, según revela un informe de Unicef publicado este martes. El estudio, titulado ‘Alimentando el negocio: Cómo los entornos alimentarios ponen en peligro el bienestar de la infancia’, indica que 188 millones de menores entre 5 y 19 años, lo que representa a uno de cada diez, padece obesidad. Este cambio marca un punto de inflexión en la lucha global contra la malnutrición, obligando a un replanteamiento de las estrategias de salud pública.

Mauro Brero, asesor senior de Nutrición en Unicef, destacó la importancia de este cambio, señalando que «tradicionalmente, hemos trabajado a nivel global en prevención y tratamiento de la desnutrición, pero eso ha cambiado». Las cifras respaldan esta nueva realidad: desde el año 2000, la prevalencia del bajo peso en menores ha disminuido del 13% al 9,2%, mientras que la obesidad ha experimentado un alarmante ascenso del 3% al 9,4%. Esta tendencia refleja una transformación global en los hábitos alimenticios y los entornos en los que crecen los niños.

El informe subraya una preocupante prevalencia en regiones como Latinoamérica y el Caribe, donde el 39% de los menores entre 10 y 14 años presenta obesidad. Brero alertó que el consumo de ultraprocesados es un factor clave, estimando que constituye entre un 20% y un 30% de la ingesta calórica infantil. Incluso en países con una fuerte tradición gastronómica saludable como España, la situación es alarmante: el 31% de sus niños y adolescentes tiene sobrepeso y un 10% sufre de obesidad, evidenciando la magnitud global y la complejidad de este creciente problema de salud.

Tendencias