El regreso a las aulas después de períodos de vacaciones, ya sea en septiembre, enero o tras Semana Santa, suele coincidir con un notable aumento de gripes y resfriados entre la población escolar. Según la neumonóloga pediatra Karelin Cordova, este fenómeno se considera «normal» y se debe a múltiples factores. La causa principal es la combinación de un sistema inmunológico aún inmaduro, especialmente en los más pequeños, que está «aprendiendo» a defenderse, y la alta exposición a virus y bacterias en espacios cerrados como los salones de clase, donde los niños comparten juguetes, alimentos y patógenos con facilidad.

La especialista destacó durante una entrevista de @revista.estilosaludable con @ysbelsyhernandez en Dinámica 103.3 FM, que a esta susceptibilidad se suman otros elementos clave. Entre ellos, una higiene deficiente, como la falta de lavado de manos frecuente, y la omisión de refuerzos en el esquema de vacunación, incluyendo la vacuna anual contra la influenza, que ha cobrado relevancia tras repuntes recientes. Además, Cordova señaló la importancia de buenos hábitos de sueño, indicando que la falta de descanso adecuado, un problema común en adolescentes, debilita directamente el sistema inmunológico y reduce la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

Si bien es inevitable que los niños se expongan a virus, la Dra. Cordova aseguró que es posible fortalecer sus defensas mediante una alimentación balanceada, la práctica de ejercicio regular y garantizar un descanso óptimo. Hizo un llamado a los padres a no enviar a sus hijos al colegio si presentan fiebre o malestar general, para evitar complicaciones y frenar la cadena de contagios. Asimismo, recomendó acudir al pediatra si el niño presenta fiebre por más de tres días, pérdida del apetito, tos intensa o signos de deshidratación.

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