Los sofocones, la labilidad emocional, la resequedad vaginal y las «nieblas mentales» son síntomas característicos de la perimenopausia (la etapa de transición) y la menopausia (definida como 12 meses sin menstruación). Según la Dra. Soraya Müller (@dra.sorayamuller), especialista en Ginecología y Endocrinología, estos cambios, que pueden comenzar a manifestarse desde los 35 años, se deben a la disminución de los estrógenos, afectando drásticamente la calidad de vida de la mujer. La experta señaló que esta etapa no solo trae síntomas molestos, sino que puede ser el debut de patologías como la hipertensión o la resistencia a la insulina en pacientes previamente sanas.

La Dra. Müller enfatizó que la caída de estrógenos elimina tres funciones cardinales: la osteoprotección (protección ósea), la neuroprotección (cognitiva) y la cardioprotección (salud del corazón). Esta deficiencia hormonal explica por qué tras la menopausia se dispara el riesgo de osteopenia, osteoporosis, fallos de memoria y eventos cardiovasculares. «Es una etapa fisiológica, pero vaya cantidad de cambios que van en desmejora de la calidad de vida, y no debe ser de esta manera», afirmó la especialista, destacando que el objetivo debe ser vivir una «plenipausia» o etapa de plenitud.

Contrario al mito arraigado que vincula la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) con el cáncer, la endocrinóloga aseguró que esta «debe instaurarse en toda paciente con síntomas». Aclaró que el tratamiento es seguro e individualizado, y requiere una evaluación previa (mamografía, eco pélvico y laboratorios) para confirmar que los órganos diana, como mamas y endometrio, estén sanos. La TRH no solo alivia los síntomas severos, como el síndrome genitourinario (infecciones urinarias o dolor en relaciones), sino que protege la salud ósea y cardiovascular a largo plazo.

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