El 18 de noviembre de 1942 quedó grabado en la memoria histórica del estado Zulia como una jornada de fe inquebrantable, marcada por la solemne Coronación Canónica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. La ceremonia tuvo lugar en la antigua explanada de La Ciega, frente a los muelles del Puerto de Maracaibo, un escenario que días antes había generado preocupación debido a las lluvias torrenciales y la crecida del lago. Sin embargo, en un hecho que los fieles atribuyeron a una intervención divina, las precipitaciones cesaron completamente entre el 12 y el 19 de noviembre, permitiendo que una multitud de aproximadamente 100 mil personas se congregara desde tempranas horas para acompañar a su Patrona.

La sagrada imagen salió de la Basílica a las 7:00 de la mañana en hombros de los Servidores de María, precedida por una majestuosa procesión que incluía la gran corona de oro, ofrenda del pueblo, transportada en una carroza escoltada por niñas vestidas de ángeles. El momento cumbre de la ceremonia llegó cuando Monseñor Godoy, arrodillado ante la Reliquia y tras entonar el Regina Coeli, colocó la presea primero al Niño Jesús y luego a la Virgen, exclamando la fórmula ceremonial de gloria y honor. El acto fue sellado por el estruendo de cañones, el vuelo rasante de nueve aviones militares y la liberación de cientos de palomas con los colores de la bandera de Venezuela, desatando una ovación ensordecedora de la feligresía.
Aquel día trascendental también marcó el estreno del himno «Gloria a ti Casta Señora», cuyas notas resonaron por primera vez mientras la imagen recién coronada permanecía expuesta en La Ciega para la veneración pública. Centenares de devotos desafiaron el inclemente sol maracaibero durante horas solo para contemplar de cerca a la «Reina del Sol» con sus nuevas joyas. Al caer la tarde, cerca de las 7:00 p.m., la Virgen retornó en procesión solemne a su Basílica.
¡Que viva la Virgen de Chiquinquira!






