Tal día como hoy, hace 64 años, fue derrocada la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, quien huyó desde la Base Aérea Militar de La Carlota en «la vaca sagrada» ante la insurrección cívico-militar.
















Pérez Jiménez es recordado por encarcelar y asesinar durante su mandato a varios dirigentes de Acción Democrática, Copei y URD, entre otros, que luchaban por la restitución de la democracia.
Una de las víctimas fue Leonardo Ruiz Pineda, uno de los fundadores de AD, secretario general de esta tolda en la clandestinidad. Fue asesinado el 21 de octubre de 1952 por la temida Seguridad Nacional de Pedro Estrada.
El punto de inflexión de la dictadura ocurrió en diciembre de 1957, luego de un plebiscito fraudulento en el que salió favorecido Pérez Jiménez.
A mediados de enero de 1958, la denominada Junta Patriótica convocó una huelga general para el día 21 que trajo como consecuencia enfrentamientos en las calles entre civiles y cuerpos de seguridad.
Un día después se reunieron altos jefes militares en la Academia Militar y se llegó a la conclusión de que se formaría una Junta Militar de Gobierno que pidió la renuncia a Pérez Jiménez.
Seguidamente vinieron pronunciamientos de la Marina de Guerra y la Guarnición de Caracas, que dejaron huérfano de apoyo al dictador, que se vio forzado a huir rumbo a República Dominicana.

En 1959 se efectuaron las elecciones que fueron ganadas por el candidato de Acción Democrática, Rómulo Betancourt.
Pérez Jiménez murió en 2001 en su mansión en Alcobendas, España, donde disfrutó de un dorado exilio con todo lo robado durante su mandato, dinero que él calificaba como «perfectamente legal».