Joe Biden ha tomado la decisión de vetar las importaciones de petróleo, gas y carbón rusos. Se trata de «infligir más dolor» a Vladímir Putin y su régimen para que desistan de su cruenta ofensiva a Ucrania, dijo el presidente al anunciar la medida en la Casa Blanca.

El presidente y su equipo llevaban días sopesando los pros y los contras de la medida e intentando negociarla con los países clave de la Unión Europea, y finalmente Biden decidió adoptarla en solitario.

Casi en paralelo a su anuncio, Reino Unido se ha sumado al veto del crudo ruso, aunque no del gas ni el carbón del país, según ha confirmado el ministro de Empresas, Energía y Estrategia Industrial británico, Kwasi Kwarteng.

La dependencia de Estados Unidos de los combustibles procedentes de Rusia se limita al 8% del petróleo que consume. Europa en su conjunto, en cambio, importa a ese país el 41% del gas natural y el 27% del petróleo que requiere. «Estados Unidos produce mucho más crudo a nivel doméstico que la combinación de todos los países europeos», destacó Biden en su comparecencia.

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