Tanto las ciudades de Chicago como Nueva York en Estados Unidos, consideradas «santuarios» de la migración porque están obligadas legalmente a dar refugio a los «sin techo», quedaron sin recursos para seguir atendiendo a los miles de venezolanos, ecuatorianos, colombianos y nicaragüenses que llegaron luego de cruzar la frontera sur con México.
En el caso de la Gran Manzana ha recibido a 44,000 mil indocumentados desde el pasado mes de mayo, de los cuales el 90% son venezolanos.
El hospedaje, los alimentos y servicios médicos para esta población que llegó a ese país sin contacto familiares, ni ahorros, le ha costado $500 millones a NY y en plena discusión presupuestaria se estima que se requerirán $1,000 millones más este año.
En las últimas semanas grupos de inmigrantes venezolanos que habían vivido en refugios empezaron a tomar autobuses hacia Canadá, financiados por las mismas autoridades neoyorquinas.
«Aquí nunca vamos a obtener papeles para trabajar legalmente. Y a los indocumentados nos quieren es venir a pagar una miseria. En Canadá dan más ayudas y se hace uno legal más rápido» comentó al periodista venezolano @fermartinezm un joven maracucho de 28 años que tenía viviendo tres meses en un hotel en Manhattan, financiado por la Ciudad.
En efecto, ya las autoridades de Canadá empiezan a ver con «cautela» el paso fronterizo de Roxham Road, al norte de Nueva York, ante la oleada de personas que siguen abandonando a la ciudad de los rascacielos por calificarla de «costosa, peligrosa y con mucho tráfico de drogas».
Foto y texto: @fermartinezm
