Katty Guzmán es una mujer que no le teme al trabajo, estudió diseño de modas, pero no la ejerció, sólo confeccionaba prendas para ella y para su hija, sin embargo logró hacer una marca con una línea de fajas que tres décadas después aún sigue siendo la preferida de una amplia clientela.
Es una mujer de fe, siempre agradece al Todopoderoso por la oportunidad que le brindó la médico cirujano Marisol Graterol, a quien en una ocasión le hizo para su hija un set de vestimenta para la playa, le gustó mucho la calidad del trabajo, que luego la doctora le pidió confeccionar unos guantes para un paciente que había sufrido quemaduras, como le gustan los retos, lo hizo y a la persona le fui útil. Su hermana al ver lo que estaba haciendo le trajo desde Caracas a Puerto La Cruz unas telas especiales, fue perfeccionando en técnica y materiales, otros médicos comenzaron a enviar a sus pacientes también.
Recuerda la creadora de Fajas Katty Guzmán, que el doctor Aníbal Saud le obsequió catálogos de prendas para quemados y con ese “tesoro”, fue perfeccionando. Confiesa que es muy exigente, que le gusta que cada prenda quede perfecta, siempre ha trabajado con altos estándares de calidad y eso sin duda la hace única.
Aunque con el “boom” de las cirugías estéticas el trabajo de Katty Guzmán se catapultó, la génesis de su negocio está intacta, confeccionar fajas para pacientes con quemaduras, de hecho es la única persona en todo oriente que hace este tipo de prendas tan útiles para la recuperación de las personas que tienen lesiones por quemaduras en su cuerpo.
Además tienen una línea para postparto, medias de compresión, mangas de comprensión, sostenes, mentoneras, fajas para embarazadas y la línea del sistema cosmético, la particularidad es que cada una es hecha a la medida, pues cada cuerpo es diferente y la necesidad de cada cliente también lo es.
Recuerda que no fue fácil empezar con este negocio, tenía a dos de sus tres hijos muy pequeños, así que habilitó una habitación de su apartamento como taller, se levantaba a las 5:00 de la mañana, hacia las loncheras, al irse los niños al colegio comenzaba a trabajar, después del mediodía se dedicaba a su familia y a las 9:00 de la noche retomaba la costura hasta la medianoche, así estuvo unos cinco años, hasta que comenzó a tener ayudantes, posteriormente en un apartamento montó su taller y se enfocó en abrir su espacio soñado, ahorró durante 5 años y construyó su propia sede en Lechería en donde ya cumplió 10 años.
Para la también abogada la preparación y el estudio es algo importante, por eso siempre está revisando las tendencias, los tipos de telas, todo para brindar la mayor calidad y confort a sus clientes. Recuerda que cuando comenzó de lleno con el negocio de las fajas, junto a su hermana trajeron desde Colombia a un instructor que la capacitó, siempre ha estado innovando y sabe que no tiene competencia, pues es difícil brindar una atención tan personalizada como la que se ofrece en las Fajas Katty Guzmán.
Aunque estas tres décadas no han sido fáciles, Katty Guzmán está feliz por lo que ha logrado, “para mí es muy satisfactorio ver la recuperación de los pacientes”, confiesa.
Tiene valores muy claros en su negocio, el trato con el cliente es primordial, ella personalmente o Tanya, su mano derecha, se encargan de atenderlos. También es importante que cada prenda quede a la perfección, que el material sea de primera. Hace fajas a pacientes y para personas que quieren adelgazar o lucir una mejor figura, asegura que en un mes pueden ver los resultados.
Si quieres ver su catálogo y todos los productos, puede ir a su Instagram
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