Dylan Mulvaney es una estrella de TikTok, actriz y activista por los derechos de las personas trans. Durante la pandemia de coronavirus, Mulvaney usó la red social para dar voz y proyección a sus dudas sobre su género y sexualidad. «Nunca me había hecho esas preguntas oscuras porque cuando tenía cuatro años, traté de salir del armario con mi madre como una niña, pero simplemente no era una cosa entonces. Ser trans era muy tabú».
Mulvaney nació el 29 de diciembre de 1996 en San Diego, California. «Vengo de una parte muy conservadora de California, y ni siquiera por culpa de mi familia, simplemente no estaba realmente en las cartas para mí».
La influencer cuenta con 1,7 millones de seguidores en Instagram. Aunque todavía no se ha sometido a la cirugía del cambio de sexo, Nike ha cerrado un acuerdo con ella para anunciar unas mallas y un sujetador deportivo. Una decisión que ha suscitado cierta polémica.
Polémica por la decisión
La nadadora olímpica británica Sharron Davies está liderando el boicot a Nike tras la decisión de firmar un acuerdo publicitario para anunciar sujetadores con Mulvaney. Esta nadadora que ganó la plata en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 asegura que esta decisión de Nike supone un paso atrás para el deporte femenino.
«Es muy frustrante. Damos dos pasos adelante con World Athletics y Swim England protegiendo el deporte femenino y luego Nike hace esto», ha asegurado en GB News. Se refiere así a la decisión que tomó el año pasado la Federación Internacional de Natación de restringir la participación de nadadoras transgénero en competiciones femeninas.
Caitlyn Jenner, quien fuera medallista olímpica -que hizo la transición de género en 2015 y es popular, también, por haber sido padrastro de las Kardashian- ha asegurado que la asociación de Nike con la influencer trans es «un ultraje». Jenner ha recalcado una serie de tuits que para ella, que creció «admirando» a Phil Knight -el fundador de Nike- es «una pena» ver cómo una empresa tan emblemática actúa así.
«Podemos ser inclusivos, pero no a costa de la mayoría de las personas, y se puede tener algo de decencia sin dejar de ser inclusivos. Esto es un escándalo», ha sentenciado. Y es que, en su opinión, la inclusividad pasa por «dejar de intentar borrar a las mujeres». «Las diferencias entre hombres y mujeres son reales y son algo bueno. Tampoco hace eso que los trans sean algo malo», insiste.