
El consumo frecuente de alimentos fritos -especialmente el consumo de papas fritas- está fuertemente ligado al riesgo de sufrir ansiedad y depresión.
De acuerdo con un estudio realizado por científicos chinos, estos alimentos afectan principalmente a los consumidores masculinos y más jóvenes.
“La exposición a largo plazo a la acrilamida- un contaminante representativo del procesamiento de alimentos en productos fritos- exacerba la escototaxis y la tigmotaxis y desregula el metabolismo de los esfingolípidos y fosfolípidos, que desempeña un papel importante en el desarrollo de los síntomas de ansiedad y depresión”, concluye la investigación publicada en PNAS.
“Además, la acrilamida promueve la peroxidación lipídica y el estrés por oxidación, que participan en la neuroinflamación cerebral”, afirman.
De acuerdo con Heathline, una papa pequeña horneada (unos 100 gramos) contiene 93 calorías y 0.13 gramos de grasa; mientras que la misma cantidad de papas fritas contienen 312 calorías y 15 gramos de grasa.
Debido a esto, abusar de este alimento podría traer efectos secundarios en tu estómago o corazón, además que son relacionadas a enfermedades como la obesidad.
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition asegura que si son consumidas más de dos veces a la semana se corre el riesgo de duplicar el riesgo de muerte prematura, más por el aceite que por las papas mismas.
El cuerpo metaboliza las grasas más lentamente por lo que si acostumbras los alimentos fritos tendrás más posibilidades de sufrir de problemas estomacales que se suman a síntomas como náuseas, diarrea, hinchazón y calambres.
Fuente: El Financiero