Marcos García (@fraymarcosmchef11), el fraile enamorado del periodismo que creció entre Mérida y el Sur del Lago, bajo la figura de un padre ausente, se confiesa.
Se define como un hombre normal y corriente: “Alguien que trabaja día a día para construir el reino de Dios sirviendo a los demás».
Cuenta que aprendió todo lo que sabe de cocina gracias a Fátima, su vecina, y recuerda el día que salió de Venezuela porque un cambio en su vida religiosa y una operación lumbar lo exigían.
Sus planes, sin embargo, se pospusieron debido a que se convirtió en una “celebridad” de la noche a la mañana en Master Chef España, donde gracias a sus arepas de Reina pepiada, ají dulce y plátano verde se ha ganado el corazón no solo de televidentes y jueces, también de sus compañeros.
No le gusta el término «influencer». “Pero de influir, me gustaría hacer a través de la fe y de Dios». Tampoco deja que «la fama» se le suba a la cabeza porque saberse, creerse y sentirse hijo de Él lo mantiene con los pies en la Tierra.
Quiere convertirse en el ganador del popular reality mientras promete seguir llevando la magia de la cocina venezolana unida a su fe católica. “Como dijo Santa Teresa, en los pucheros y en las ollas también está Dios», reseñó El Nacional.
